Ella nevó sobre él,
a propósito,
le congeló en deseo vivo
para no tener que recordarle.
Pero a veces se desnuda
y arde,
a propósito,
justo al borde, casi rozando,
el lugar en el que olvida.
Él erupciona
como de un volcán dormido
que sueña:
Ella es
(torrente vivo),
el deshielo de la memoria.
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