miércoles, marzo 19, 2008

Contraluz

Fui de ciénaga,
pero de humedad indócil
y lisérgica
para asumir el lodo denso
de mis besos desnutridos.

No supe conformarme
con ser turbia hasta el horizonte.
Tomé mi débil luz lastimada
para cegarle el corazón a la palabra
y contradije impunemente a su acíbar.

Tal vez conseguí
gritar con el color de los silencios.

Así me hice con tus ojos,
brotados del afán de lo perdido
en buscar donde nunca se estuvo.

Desde ellos emanan
crepúsculos prófugos del tiempo,
sitios alumbrados –de lumbre-
donde la piel se transparenta.

Hoy, tú me miras
como si hubiera vivido en tus manos,
como un ser a contraluz,
pero sintiéndote parte de mi forma
y de mi fondo.

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