jueves, febrero 03, 2011

Detritus

I


Hoy, estas manos calladas
desarrugan mi voz
como quien intenta alisar
el papel del poema despreciado,
tras el cruento motín de las heridas.

Desde esa voz medio ilegible
me propago.

Con tinta de alma emborrono mis silencios.



II

La noche aprieta
y yo intento no ser
la garganta del deseo
cuando arde
para instaurar después 
su propia oscuridad.


III

Mi amor siempre supo
mirarte como a un abismo,
pero tú nunca supiste
devolverle la mirada.

IV

Soy precisa
en la emoción de recordarte.

El tiempo sólo hace de mí una inexacta.


V

Esta mujer jamás está a salvo.

Su corazón es una medusa,
animal
de gelatina,
aletea en el cálido mar
de su pecho,
es puro amor luminiscente,
descerebrado y venenoso.