viernes, abril 26, 2019

Un desorden cualquiera

Más allá del cansancio o la tristeza,
hay ternura de ti perenne en la lejanía
que este olvido torpe
no acierta a deshacer.

No sé qué se quedó de mí
varado en aquellas horas,
como una barca pobre,
moribunda entre los juncos,
lamida incesantemente por la lengua
de un río extraviado a las afueras del amor.

Aún mi mundo desahuciado pervive,
como un desorden cualquiera,
en las noches en que algunas lágrimas
sonámbulas
buscan humedecerme en tus labios.

Aún vuelves a esta isla desolada
como si fueras la certeza del mar
que la construye,
con mi alma a la intemperie,
esperándote para siempre,
mi amado naufragio.











2 comentarios:

  1. En el fondo es de agradecer la torpeza de un olvido que nos permite reconstruir regresos que alguna vez nos acogieron.
    Gracias, amiga por tan bellas palabras.

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  2. De ti queda la memoria de quien te odió, te amó, te recuerda. La memoria no es de los muertos, siempre es de otros.
    Un beso.

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