jueves, abril 16, 2009

Pluviosidad y alevosía



Ha llovido en un instante

mucho más de lo que era posible
en una noche sola.

No sé construirme tan aprisa
en unos versos.
Sólo tuve el tiempo
que el agua tarda en gritar
de una sola vez
cómo suenan todas las nostalgias.

A oídos llenos,
anegada,
no supe apuntalar
mi pobre techo de palabras.

Derrumbada,
ya sólo puedo oler
el silencio que queda siempre
después del agua.

Desliza ahora su eco húmedo
a mi través,
mansamente,
como si disfrutara
acariciando escombros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario