viernes, noviembre 16, 2007

Original pecado

Deja que te ofrezca mi manzana.

Sé que ésto no es el paraíso.

No hay serpientes
porque ni siquiera hay árboles.

Y, como para morir tan poco
me parece prescindible,
tampoco tengo un dios.

Eso sí, tengo palabras,
pobres pequeñas palabras,
pero a veces son
como hierba que se atreve
a nacer en el espacio imposible
entre las piedras de los muros.

Deja que te invite a manzanas.

Ya sé que tú no eres Adán,
pero yo sí soy Eva.

1 comentario:

  1. Uno no sabe dónde va a aparecer el paraíso entre los espacios imposible que limitan las piedras de los muros.

    Me gustan las manzanas.

    Un beso.

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