viernes, noviembre 02, 2007

Corolario-XVIII

Tengo un otoño
absolutamente desvalido;
yo, sin piedad alguna,
le infrinjo toda mi pobreza.

2 comentarios:

  1. Mientras, tu pecho
    respira frente a un muro
    donde dormitan
    -pertinaces-
    las ausencias.

    No es pobre
    quien posee recuerdos,
    no es desvalido
    quien tiene palabras.

    Mira hacia mí:
    puedo observarte
    cuando te hablo,
    quiero escucharte
    cuando te miro.


    Un abrazo conmovido.

    ResponderEliminar
  2. Con toda la querencia de mis células lo hago.

    Te devuelvo el abrazo desde la misma conmoción.

    Nuevamente, gracias.

    ResponderEliminar