Mudos, con la certeza de lo impronunciable cosiendo
las comisuras,
hacen malabarismos mis negados labios
para reflejarse y ser en un espejo de palabras.
Revientan el silencio nombrándolo
con el estruendo
nacido en el fondo hundido
en que sobrevive mi aliento.
Regreso por caminos frágiles
al vidrio reparado de los días,
a resurgir de nuevo en luz
aunque el intento se quiebre como la vida.
No sé si llegaré a ser voz
capaz de fundirme y rehacerme,
pero deseo reconstruirme en la creencia
de que aún es posible darme forma
aunque tenga que moldearme a fuego.
Siempre somos capaces de "renacer" de nuestras cenizas, y creeme el "fuego" purifica y te hace un poco más fuerte, aunque primero queme.
ResponderEliminarQue ganas tengo de leerte algo un poco más "verde" u optimista, algo que me haga pensar que tus pensamientos no giran en torno a algo triste.
Porque este me hace pensar que tienes ganas de cambiar en algo, y aunque no sepa en qué, eso es un gran paso, en serio.
¿Estoy muy equivocado?
Bsos.
muy buenos!
ResponderEliminarNunca estás equivocado, Antonio, siempre pones tu verdad aquí, y eso a mí me hace grande.
ResponderEliminarBelmar: saludos y muchas gracias.