viernes, septiembre 15, 2006

Al ángel de la nada (Pilar García Puerta)


Amar el otro lado de la desesperación,

HABER ESTADO.

Aún duele el cuerpo
como una nada de hélices interminables,
cada poro una estrella reventando en los ojos,
el firmamento quieto, arde.
Pero yo tengo sed,
abandono tu pie subiendo por mi pecho,
tiro tu mano al infinito,
renuncio a la luna(*).

Tiro tus melodías cercando mis oídos,
la soledad son estos músculos desmembrándose por crueles laberintos,
son los clarines del aguallamándome a tierra

.La soledad son estos labios.

Yo amo este minuto de serpiente y olvido,
reniego, como lo haría un loco condenado a tu larga cabellera.
Van a pasar siglos desmurallados, inermes,
abandono este fuego, este hambre, esta audacia.

La soledad serán tus ojos
que ya no llevan tus pequeñas palabras:
-pero yo te amaré hasta la pura extinción de los mundos-

Huir, desesperadamente huir
sin más murallas que la noche,
sin guerras huir, sin banderas huir,
sin recoger del cuerpo sus espumas vencidas.

La soledad son estos dedos
que no pudieron darte forma.

(*) Renuncio a la luna : tomado de Leopoldo de Luis

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