No tengo voz
si no en papel inmaculado.
No hay víscera que no deshaga
para dar forma
a la luz que pervive tras
las sombras.
Me rompe la verdad
como un cielo herido
por el rayo.
Especialmente ahora
- morados los labios de callar apretados -
encuentro el silencio
que no duele en la palabra
y este guijarro
rechinando en mi costado
es la mejor de las metáforas.
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