domingo, febrero 11, 2007

Amanecer

Se disipa la noche
como una soledad anunciada,
con su belleza lenta,
la que escancia el silencio,
la que derrama el recorrido
brumoso de la quietud.

He deshecho mis huesos,
soy aún nocturna y blanda como
el pan sin hacer,
extendida y moldeada
por los dedos de los sueños.

La hora está en paz
con el tiempo,
me hace despacio,
a fuego lento del amanecer.

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