martes, abril 18, 2006

De tiempo

Al tiempo le gusta adherirse a lo tibio.

Como un gato meloso,
ronronean los minutos
que huyeron de una calle sin nadie,
de un reloj de estación abandonada,
de la puerta cerrada de una sala de espera,
mientras buscan el calor
que la sangre pierde en su trayecto,
en su cuenta atrás hacia el cero
frío y rotundo.

Al tiempo le place hacerse el muerto
entre las pieles que juegan
a sostener el sudor de los abrazos.
A vengarse de sí mismo
en el espacio inexistente entre los cuerpos.

Brilla como sal cuando inmoviliza la añoranza,
después de que los ojos viren
como si pudieran detenerse en lo perdido.


Desprovista de ti
en mi tibieza malgastada,
ando desnuda por la casa
para sentir sobre mí las garras
de las horas en las que te pienso.

2 comentarios:

  1. Oye, me hiciste recordar algo que no recuerdo bien...ejem =_=

    Me explico:¿ de quién era aquel poema, o escrito, o lo que fuere, en el que se nos cuenta que la vida sería mejor comenzarla siendo viejos y terminarla siendo muy niños, o muy mórulas en el vientre materno?..¿De Quino, acaso?..., no porque recordaría los dibujos, creo...¿de Benedetti?...glub¡¡¡, nada, no recuerdo. Sólo sé que me suena dentro con acento argentino.Y que si fuera así ese retroceder, no estaría tan mal.

    Anda, tú que lo sabes todo....¿de quién?.

    Besos en perenne ruta hacia el norte.

    ResponderEliminar
  2. Síííí....era de Quino¡¡¡. Es genial, ¿verdad?.

    Gracias, cielo, por la molestia que te has tomado.
    Llevaba devanándome los sesos desde la tarde, aunque Quino era mi mejor "sospechoso".

    Ya puedo dormir tranquila, je. :P

    Besos sin tiempo

    ResponderEliminar