sábado, noviembre 12, 2016

Quizás

Seguramente sí soy esta que
-siempre a solas-
desactiva un instante su yo muerto y deambula
con un pálido candil por las palabras,
acariciando las fracturas de su lenguaje herido,
nombrando –casi a tientas- cada incertidumbre,
cada silencio, cada vacío.

Ahí asumo sin dolor mi latir inconexo,
mi tiempo mudo,  mis labios yermos.

Aprendo a regresar desde mí misma
hacia no importa la deriva ni el abismo.

Anhelo –en el fondo y en la forma-
la verdad impracticable, la aporía del camino.

Seguramente,
sí,
soy esto:

soluble en amor o irresoluble.

5 comentarios:

  1. Ybris: discúlpame, amigo mío, sé que me habrías dejado tu abrazo-palabra de haber podido. No reparé en que los comentarios se quedaron inhabilitados. Aún así he sentido tu tibio aliento en mi nuca.
    Un beso

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  2. Iluminar las palabras con un candil... así, quizás, se entiban la galerías de la vida. Aunque no nos salvan del derrumbe. Y mucho menos de la demolición.

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    1. No, nada nos salva. Ser nombrados, quizás, deshabitar el olvido.

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  3. Efectivamente. Pasé y no pude quedarme para expresarte mi profundo acuerdo con ese sentimiento que enlaza la palabra con el esfuerzo por iluminar las fracturas de un lenguaje herido. Quizá en el fondo la herida es más nuestra que de las palabras.
    Hoy sí te lo dejo aquí.

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    1. Las heridas son nuestras y tantas veces mancillan las palabras con su sangre antigua.....Gracias querido amigo por iluminar este sitio siempre.

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