La espera,
como esta lluvia,
se ha vuelto indistinguible,
agua sobre agua.
La caricia ha mordido
la mano que la alimenta.
El deseo muda la piel
y me abandona junto a mi grito
de lienzo en blanco.
Ahora la noche,
inservible,
viene a morir a mis pies.
Todo me da por olvidada.
Pero sigo estando hecha
de lo que he vivido,
porque aún palpito
bajo estas palabras
con este latir ganado a pulso,
el que le echo al silencio
con el disciplinado músculo de mi memoria.
On the nature of Daylight. Max Richter
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