martes, enero 06, 2009

Rojo y blanco

A Nacha, in memoriam

El fogón en el suelo, sin ambages,
fácil a la llama y sin embargo
obstinado en la escarcha de la noche.

Tu mano izquierda agitaba
el frío que esparcía la techumbre arruinada,
con fuelle de atrezo,
cartón de pobre,
sobre la leña húmeda,
robada al monte, estricta.

Recién amamantada,
con la derecha mantenías
cerca del calor del pezón rosado
a la hija cuya virilidad,
una vez más,
el cielo te había negado.

Mientras,
mis celos por tu calor perdido
buscaban refugio
en aquel fuego imposible.

Más por reclamarte que por verdad,
te dije sin esconder mi envidia:
"Tengo hambre".

Cuando llegó el hielo
y cercó la cabaña,
yo miraba satisfecha
el fulgor intenso de las brasas
mientras te saboreaba
en la última gota de leche
que aún quedaba entre mis labios.





In memoriam,
Apocalyptica
(Editado por Carz)

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