sábado, mayo 05, 2007

¿Ves?,
yo sí excavo sin piedad
el filón de lodo que me habita.

He aquí el barro (¿recuerdas?),
feo y viscoso de mi alma.

Hay días que intento
volverlo porcelana,
vidriarlo a la luz,
pintarlo de pájaros.

Sin embargo,
hay ratos
(esos largos ratos con los ojos llenos de
cornisas),
en que tallo
(con precisión anatómica)
millones de vasijas amargas.

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