Junto a mí
tengo dos libros
manoseados de insomnio,
un rosa seca recién florecida
en el olvido,
un poema asesinado por homicida,
aire con cáncer recién fumado.
Y mis manos aquí,
batiendo el aire sobre las brasas
de esta hiriente hondura
del papel en blanco
hasta reavivar el incendio de la palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario