jueves, mayo 03, 2007

Nocturno

No quiero la noche desarropada
de ti.
Vuelco lo aprehendido
de tu alma
sobre la tundra de mi cama.

Me sumerjo en mi alijo
de ti
hasta que surge tu nombre necesario
del gemido curvado de mi espalda.

Mi piel absorve toda tu palabra
al encuentro del más allá
de mis silencios.

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