viernes, abril 13, 2007

Lo dejo

Abandono.
Toda yo deja de amar.

He inclinado demasiado la memoria
y se me han resbalado los sentidos.

Todo en mí escapa o huye.

Me vacío de golpe;
soy como este aguacero
apresurado por escampar.

Saldré a la lluvia,
a su tormenta de mar encerrado,
a exponer la desnudez interior
en que me he convertido.

Así,
inundada de nada,
casi sin alma,
abierta hasta la médula,
extendida bajo el diluvio
como quien lava su destino.

3 comentarios:

  1. Bellísima forma de describir la tragedia de quien ama permitiendo que el amor, el deseo, caiga en el vacío de quien no ve, de quien no escucha, temblando entre la comprensión y el silencio de quien se dejó marchar porque, de todos modos, nadie es culpable de volverse sordo con el tiempo y cae inevitablemente donde debe habitar el olvido que con el tiempo, siempre acude... Gracias por compartirlo. Me gusta muchísimo lo que escribes.

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