A mi hermana pequeña
Tu dolor es como el mío,
negro como tus pupilas,
igual de letal y de profundo.
Pero tú me miras
y surgen luciérnagas
salpicándome en lo oscuro.
Tu risa renueva mi boca
como volcán estrenado haciendo isla.
Sin ti soy una mueca congelada.
Tú, el imán que todo lo aglutinas:
sin ti todo me arruina y desperdiga.
Yo soy eterna agraz,
tú, vino clarividente para mi vida.
Hola linda. Gracias por estar siempre. Más besos.
ResponderEliminarJosean, sí que lo sabes, porque estoy segura de que tienes amigos/as a los que amas de verdad.
La única diferencia es que un herman@ comparte contigo la misma madre; lo cual no es siempre garantía de empatía.
Beso grande.
Sí, jose, muchas veces son mejores los amores de los amigos que los de los hermanos (doy fe)
ResponderEliminar