Cuando fuimos nosotros
(no tú, ni yo, nosotros)
fuimos aire inabarcable,
agua etérea incontenible,
unísona voz aérea de oído duplicado.
Fuimos la arcilla maleable
del deseo,
huyendo petrificarse de distancia.
Pero la piel tiene afán
de volúmenes de piedra,
de cincel esculpiéndose en la vida.
Así, es de amor inaprensible
que morimos.
Tú trituras el granito del olvido.
Yo me invento un mármol frío
para mis venas.
Hola, cariño.
ResponderEliminarEs bueno comenzar el día con tu abrazo¡¡¡¡¡.
Love you
que bello y que triste al mismo tiempo, asi es, pasamos de la arcilla a la piedra como olvidandonos de todo el amor
ResponderEliminarsaludos y te sigo leyendo
También pasa que a pesar de que convirtamos a nuestros deseos en veta de pedernal, la memoria sigue reclamando. Saludos afectuosos Amanda.
ResponderEliminarNos leemos.
assumo as dificuldades de ler em castelhano como o agreste caminho até ao cume da suavidade, para lá da montanha.
ResponderEliminare vale a pena. palavras únicas as tuas.
lembram-me quando sussurro à minha Luz:
"ouves o meu búzio? recebem teus ouvidos os compassos perfeitos da sinfonia? guarda-os bem, entranhados no teu oração. comtêm o forte segredo que conta a história do amor que te nutro, sóido, suavemente sólido, como um terno rochedo."
Huy¡¡¡....tengo que traducir ésto, Amandio.
ResponderEliminarAunque, aún sin entender todo, sonó hermoso.
Gracias, gracias. Un abrazo enorme